martes, 20 de febrero de 2018

Creatividad


Todo el tiempo estamos creando, aún en el vacío de la nada, nuestros átomos danzan, se mueven, cambian. La percepción nos libra con sus juegos para encandilarnos creyendo que es UNA la realidad que vivimos. Todo es una potencia de la creación. Todo ya está ahí brindando frutos a tus ojos para que los mires y elijas el néctar que saboreará tu alma. Que no puedas verlo, no significa que no este ahí.
Libera a tu artista, míralo a los ojos, conócelo. Con él estas todo el pasaje de tu vida y tantas veces cambiaste de zapato para ponerte el de alguien más. Es tu momento, encarna ese papel que se observa a sí mismo y crea realidad en su interior.
Les confieso que ahora mismo veo el jardín desmalezándose en mi pecho bajo capas oscuras de neblina. Antigua herida que hoy no te deja brillar, me digo. Qué importante es encontrarte en ese silencio para que tu canal pueda expandirse a ese escritor de novelas, recitador de prosas, canta-autor de realidades. Está ahí. Respiro el instante de inspiración. Tantas veces me escape de ese potencial que alcanzo mirando a esa caja de pandora… ¡qué maravilla que estas ahí!  Temía perderte en el infinito de posibilidades. La cultura me quiere hacer creer que no eres valorable, pero en el silencio de esta casa puedo escuchar en el viento tu nombre. PRESENTE te llamas; PRESENTE repito; PRESENTE habito. En vos confío. Esa imaginación que creaba en los enjambres de la mente me distraen de la verdad que bajo tu manto puedo percibir. Pavadas aquellas las de proyectar lo que aún no es materia… tu sabiduría ha encontrado una llave para colarse por los pasillos de mi historia, y en esa intrépida aventura me has sanado.  
Aldana Ivette Zabala
10/2/2018

Fractal Libertador


La tarde se recorre a sí misma, paseando por las calles de esta inmensa ciudad. Viaja de una punta a la otra, es testigo de las historias que se posan en cada hoja en blanco. Tantas individualidades narrando un día más de vida… ¿Acaso somos capaces de reconocer y nombrar los sucesos que acontecen detrás de bambalinas?
Sentada en el balcón de mi hogar me detengo a respirar el verde aura que me acerca a la naturaleza salvaje que yace en mi interior. El aullido de un lobo, los dientes de una pantera, la pausa de un perezoso, el ímpetu de un potrillo, los ojos del búho que todo lo observan, el barro; las estaciones que ciclan del cálido verano al crujir de las hojas que anuncian el otoño, la intimidad del invierno y el renacimiento de la primavera. Tanta información presente en la observación de la energía que nos arropa y desnuda y, asimismo, tanta incertidumbre. Me pregunto si podemos respondernos siquiera quienes somos realmente. Vivimos escribiendo esa novela que intentamos contar ¿A quién está dirigida? ¿A cuántos seres debemos dedicarle los agradecimientos de esta obra? ¿Existe acaso algún propósito para que ella exista?
Lo cierto es que aquí estamos, viviendo, siendo una misma energía plasmada en materia y espacio vacío. Inherentemente somos las infinitas posibilidades del universo en un cuerpo que nace, crece, se desarrolla y muere, con un alma de diamante aguardando nuestra decisión de pulir y hacer brillar el fractal que más nos representa para crear. Hay un abismo de libertad en cada paso, podríamos ser y hacer lo que queramos pero no, elegimos, y allí, exactamente allí radica nuestra libertad ¿Qué elegimos crear en esta vida? Hace un tiempo vengo haciéndome esa pregunta… particularmente, elijo vivir momentos de calidad, momentos que valgan la pena y la gloria de estar caminando en esta vida. Elijo compartir junto a personas que me hacen bien, que potencian lo mejor de mí, que desean verme brillar. Elijo bailar y ser parte del aire que me mueve. Elijo amar en el vértigo de lo desconocido y en la clara conexión que imanta dos cuerpos. Elijo dar lo mejor de mí  para acompañar procesos que se alimentan en la confianza del cotidiano. Elijo estar presente para dejar aflorar momentos artísticos que expandan las fronteras de mi identidad. Elijo estar receptiva para dejarme abrazar y cuidar por los misterios del devenir.  
Aldana Ivette Zabala
20/2/2018

viernes, 6 de junio de 2014

Imagen desnuda en el arco iris galáctico
Imagen complaciente en el deseo prófugo
Imagen destinada a ser imagen.
Sueño abstracto, deshonroso e inmoral
Sueño escondido, profundo e íntimo
Sueño anónimo en el inconsciente humano.
Dibujo con mis alas de gorrión
los placeres de mil colores.
Dibujo todo aquello con la
plasticidad creativa del universo.
Dibujo mi mundo y el de todos
con el sueño e imagen de la sutilidad trascendente.

viernes, 18 de abril de 2014

¿Qué hay de nosotros?

A mi no me engañen
Aquel ser soñaba con un mundo mejor.
Quisieron contarnos una historia con lágrimas de sangre
Pero él sobrevive en mis entrañas que visualizan aquel vuelo a wonderland.

Aaaaaaaaaaaaaaaaaah

La vida es mucho más que cemento y muchísimo más que la alarma que nos apresura a correr a ningún lado.
En mis aventuras por tierras desconocidas viaje en el tiempo y me encontré con aquellos hombrecillos vestidos de harapos sobre sus canoas y pies descalzos. Había otro aire que los conectaban con las estrellas y el cosmos entero. Allí el viento hablaba un lenguaje más claro…
¿Qué ha sucedido?
La vida es mucho más que esto ¿A dónde debo correr?
Algo sucede en mi interior que no se explicar, hay alguna forma abstracta que intenta mostrarme aquel camino… hay una mezcla extraña entre confusión y claridad, impotencia y coraje. Mi impulso hacia una vida unida me abraza y consuela mis desalientos.
A veces me desvío, pero siempre surgen excusas perfectas que me hacen sentir que se puede. Aún se puede. Juntos se puede.


Aldana

18.04.2014

viernes, 22 de noviembre de 2013

Se música

"Se música, liberando tu ser.
Se música, para perderte en la infinita melodía.
Se música, para apreciar el efímero instante del cantar de una golondrina.

La música es más que un sonido y mucho más que un placebo.
La música jamás podría reducirse a un concepto pues su mística atraviesa a cada uno de forma diferente.
A su vez, todos somos música. Cada ser, cada cosa que existe, contienen su propio ritmo, su propia melodía, que al fundirse en otro se hace canción.
Entrar en nuestra música implica el desafío de adentrarnos en el sí mismo, en el inconsciente colectivo, en la unidad.
Si entendiéramos que cada uno es música, si realmente nos diéramos cuenta de ello, podríamos aceptar el desafío de la sinfónica universal, de captar la melodía del que vemos y del que no. No captamos la música con la vista y aún así la música esta ahí.
Es una gran compañía cuando decidimos limpiar la casa o viajar en tren. No obstante, si cerramos los ojos y nos detenemos en ese instante de musicalidad, sentiremos, además de oír la flauta dulce y el triángulo confluyendo con el ritmo del tambor, un estado de equilibrio en sintonía con lo que escuchamos, una vivencia ¿Qué sucede cuando somos parte de la música, cuando formamos parte de dicha identidad suprema? La mismidad aparece y el universo se posa en nuestros pies, en nuestras cabezas, en nuestros corazones. Nos convertimos en ese universo que éramos pero que descubrimos al detenernos en esa mágica posibilidad de ser música".-

Eso es la música para mi.
AIZ

22/8/2013

Una noche de primavera

Necesito amArte en esa orilla del silencio,
Necesito el aire floral de tu cuello,
Necesito el calor de tus manos sudadas de miedo o,
tal vez, de deseo a no soltarme jamás.

Siento la libertad de tus mejillas en mi piel
y me estremezco.
Los árboles que nos acompañan celebran el encuentro del destino
danzando con el viento.
La luna se oculta tras las nubes y de tanto en tanto aparece
con su brillo, su armonía, su completud.

En el cielo te encontré,
Eres mi luna oculta en la neblina.
No preciso verte para sentirte presente
pues tus destellos brotan desde mi centro,
pulsan ardientemente desde mis entrañas
y aquí estas: tan acá, tan allá, tan en mi.


22/11/2013. Aldana.

lunes, 28 de octubre de 2013

Mecanismos de acción

Reflexionando entre el sueño y la vigilia, palpitando el aire frío y los aromas que vienen y van. Y yo, me seduzco, me atrevo a la descarada tarea de fluir. Sonrío. Me animo. Aquí estoy, en el silencio de la noche, besando a la luna, acariciando mi piel, susurrándole a la almohada, trascendiendo mi vientre.
Exhalo en un grito voraz, dejo salir la luz. Una lámina recubre mi cuerpo desnudo en la oscuridad de la noche. La veo, la siento, la amo desde las entrañas, me expande, vuelvo a sonreír.
Entre contorneo y contorneo descubro la magia luminosa de mi pecho...Una lágrima concluye justo en esa zona y es transformada en rosa. De pronto, la sorpresa y el asombro erizan mi piel, las percepciones se agudizan. Yo y la totalidad somos una misma cosa. Placer. Éxtasis.